EL SEXO FRECUENTE REDUCE EL RIESGO DE CÁNCER DE PRÓSTATA EN LOS HOMBRES
Según un estudio de la universidad de Harvard, los hombres que tienen más de 21 eyaculaciones al mes, tienen también menor riesgo de sufrir de cáncer de próstata, un 22% para ser exactos.
Los orgasmos traen muchos beneficios para ellos, desde ayudar a dormir mejor hasta incrementar la salud cardiovascular; pero estos beneficios, al igual que el de prevenir el cáncer de próstata ocurren solo con la eyaculación; es decir que la masturbación, también puede aportar este beneficio.
Para llegar a esta conclusión, los expertos realizaron un estudio exhaustivo de hasta 32 mil hombres sanos; a los cuales se les pidió que contaran las veces que eyaculaban al mes y su frecuencia diaria.
Posteriormente, se analizaron los datos por tramos de edad, desde los 20 a los 49 años, y se llegó al resultado de que los hombres que tenían un orgasmo al día habían reducido el riesgo de padecer cáncer.
Se considera que el esperma ayuda a eliminar con regularidad las células viejas, más propensas a volverse cancerosas. Al parecer, según el estudio, esta práctica sería mucho más determinante que factores como la dieta.
CANCER DE PRÓSTATA
La próstata es la glándula sexual del hombre encargada de producir el semen. Es del tamaño de una nuez y se encuentra debajo de la vejiga de la orina, rodeando a la uretra. A diferencia de otro tipo de cáncer, el de próstata se caracteriza por evolucionar de forma muy lenta. El cáncer de próstata es extremadamente frecuente, aun cuando su causa exacta sea desconocida.
Según los datos facilitados por la Sociedad Española de Oncología Médica en junio de 2015, alrededor de 29.000 hombres padecen esta enfermedad cada año, lo que la convierte en la forma más común de cáncer masculino. Cuando se examina al microscopio el tejido prostático obtenido tras una intervención quirúrgica o en una autopsia, se encuentra cáncer en el 50 por ciento de los hombres mayores de 70 años y prácticamente en todos los mayores de 90, aunque gran parte de ellos no llegan a ser conscientes de la enfermedad ante la falta de síntomas reconocibles.
TRATAMIENTO
Este tipo de cáncer se desarrolla de forma muy lenta, provocando que, en muchas ocasiones, el tratamiento tenga que efectuarse durante un largo plazo de tiempo. Se debe destacar, sin embargo, que si el cáncer se detecta en su primera fase, cuando todavía se encuentra dentro de la próstata, el paciente puede tener una larga expectativa de vida. Se recomienda asistir a un profesional médico en cuanto se detecte alguna anomalía especialmente a la hora de orinar; de esta forma, el médico puede detectar rápidamente la causa que está originando el malestar. También se recomienda visitar el urólogo de forma regular una vez se cumplen los 50 años.
La cirugía, la radioterapia y el tratamiento hormonal son las herramientas convencionales para tratar la enfermedad, pero también se puede recurrir a la criocirugía. Esta técnica consiste en una operación que se realiza con el paciente anestesiado de cintura para abajo. No se producen incisiones en la piel, se insertan de seis a ocho agujas en la próstata para congelarla y destruir todas las células del cáncer. Durante la operación se observa y evalúa la próstata y se controla el posicionamiento de las agujas mediante ecografía transrectal. Estas agujas colocadas en la próstata, están huecas y permiten el paso de gas Helio que permiten al médico controlar la congelación y el calentamiento de la próstata. La temperatura que llega a alcanzar es de -40ºC durante varios minutos, generando unas bolas de hielo que matan las células del cáncer. Ese mismo día el paciente puede irse a casa con una sonda que recoge la orina en una bolsa que se lleva en la pierta durante 4 días.
LA EFICACIA DE LA CRIOTERAPIA
Los estudios publicados reflejan que la crioterapia cura al 80% de los pacientes. La mayoría de los estudios han revelado que muchos otros pacientes experimentan un descenso significativo en el antígeno prostático sin encontrarse cáncer de próstata al repetir las biopsias después de la crioterapia.
5 / 2 / 2016