Las investigaciones sobre el tema del cáncer, ahora que se ha celebrado el Día Mundial contra el Cáncer de Mama, se centran para su erradicación, a través de los tratamientos, en dos grandes caminos: extirpación y reducción.

La primera pretende eliminar totalmente el cáncer y consiste en extraer la zona afectada por el tumor. La intención es quitar la zona colindante para disminuir la probabilidad de que permanezcan células cancerosas en la zona. La intervención puede ser quirúrgica, pero también se utiliza la criocirugía, que es eliminación por frío intenso y se ha demostrado muy eficaz en diversos tumores. 

En la reducción del tumor el objetivo es debilitar su actividad y su tamaño, lo que afectará más a las células que se están reproduciendo, entre las que se encuentran las tumorales. Es imprescindible extremar la precaución en áreas donde haya una intensa actividad de reproducción celular, es decir, no cancerosa.

Otra manera de reducir los tumores es la criocirugía, una técnica que consiste básicamente en congelar hasta la destrucción de las células cancerígenas de forma natural, tanto en células tumorales benignas o malignas. Para ello, se utiliza un gas noble como el Argón aplicado a través de unos finísimos conductos con forma de aguja que se introducen en el tumor mediante control de TAC o ecografía.