Nadie pone en duda que uno de los aspectos más dramáticos del cáncer son los efectos de algunos tratamientos para combatirlo. En verdad, la radioterapia y la quimioterapia convencionales suelen administrarse en forma sistémica, alterando todo el organismo y no solo a las áreas afectadas por los tumores malignos.Y si bien los resultados pueden ser, en muchos casos, buenos contra la enfermedad, también ocurre que se afecten órganos y estructuras sanas. 

Las llamadas terapias biológicas, los avances en epigenética y nanomedicina, que ya ofrecen resultados, son muestra de ello. En las últimas semanas se han reportado avances prometedores en estos campos contra una enfermedad que cada año causa 14 millones de nuevos casos en el mundo y 8,2 millones de muertes.

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